me anuncia de tu llegada,
un tiempo que nos depara
tiniebla y sombra esperada.
Invierno
fría estación,
puntual
llegas a tu cita
a
cumplir con la misión
que
el tiempo te solicita.
Vestido de blanco añil
y con manto gris cubierto
nos brindas con porte hostil
del viento todo un concierto.
También nos regalas nieves
un gesto muy generoso,
ya que nos aportan bienes
y el campo se torna hermoso.
Nueve
meses han pasado
de tu última partida
y ya
que has regresado
te daremos la acogida.
Cómo soy mujer cordial
te escribo mi
bienvenida
de esta forma especial
para que sea leída.