Imagen de la red
retocada.
Durante estos días tan amargos que nos ha tocado vivir he
llegado a descubrir bellísimas personas que están dispuestas a todo por ayudar
a los demás y no me refiero a esos
héroes que todos conocemos y que tanto están ayudando en la lucha contra este
maldito virus curándonos, protegiéndonos, velando y cuidando a toda la
población a riesgo de sus propias vidas.
TODOS TIENEN MI ADMIRACIÓN Y
RESPETO PARA SIEMPRE.
Ahora quiero
referirme a esas personas, cercanas algunas y otras no tanto, que se ofrecen en
echar una mano cuando se dan cuenta de que hay quién los necesita, también
llaman por teléfono para dar ánimos o saber cómo estás, tocan todos los días, y varias veces, a la
puerta para saber si estás bien, hacen diferentes
favores muy, pero que muy, importantes, se ofrecen en hacer la compra, traen de la farmacia lo que necesitas o regalan unas torrijas, unas croquetas etc …personas
geniales que dan lo que pueden sin esperar nada a cambio.
Todo esto no tiene precio, de verdad que hay personas
maravillosas que sin pedirles nada
ofrecen de todo y se preocupan de mirar si estás bien o si necesitas
algo, a todas estas personas solidarias, sencillas, generosas, positivas les
doy infinitas gracias por pensar y actuar para los demás. Las tendré presentes
en mis recuerdos y encantada de tenerlas a mi lado. Siempre que pueda también
echaré una mano.
¡QUIERO TENER A MI LADO A ESTAS
PERSONAS POR LO BUENO QUE ME APORTAN!
También he descubierto personas totalmente insolidarias,
algunas muy cercanas, que aún pidiéndoles algún favor sencillo pero muy
necesario con la certeza de que te lo van hacer, se han negado, personas que
también han negado su compañía en momentos difíciles, personas que sabiendo
situaciones graves han “huido” y no han querido ayudar diciendo que no es su responsabilidad o ignorándote,
personas que no se han ofrecido a echar una mano cuando se las necesitaba, personas
totalmente decepcionantes, puertas que te cierran de un portazo en las narices.
A pesar de todo les doy también las gracias por haberlas conocido
cómo son en realidad, pues me han
abierto los ojos y me han enseñado que
yo no debo portarme así y que debo de alejarme de ellas, no quiero tener a mi
lado personas insolidarias, negativas o que cierran los ojos para no ver la
realidad porque no les conviene ni quieren ayudar .
¡NO QUIERO A MI LADO PERSONAS
TÓXICAS QUE ME HACEN DAÑO!
Todavía nos queda mucho tiempo y no sabemos cómo acabará
esto, pero para mí ya ha habido un gran cambio, alegrías y decepciones que
espero ir asimilando pues confío en Dios y lo que suceda será su voluntad y a
ella me someto pues sé que nunca nos dejará de su mano.